Etiqueta: 05 De tristes poetas enamorados

  • Poetas atarantados de amor

    Capítulo V   De tristes poetas enamorados     —¡Jairito! ¿Vos de qué hablás? —le amonestaría suavemente la abuela, ante lo cual, el abuelo le dirigiría una mirada de amor y un profundo suspiro—. No lo puedo creer, otra vez con la misma cantaleta, vos. Al abuelo se le iluminaba la cara y seguía después…

  • Una carga de turistas mareados

    Capítulo V   De tristes poetas enamorados      ——¡Esas son puras mentiras! —comenzaba diciendo—. ¡Son las calumnias inventadas por los méndigos pescadores! ¿Y con qué fin?, preguntarás vos. ¡Pues pa ‘cobrarles más pisto a los turistas y con eso, comprar más trago de regreso, después de depositar su carga de turistas mareados! Jamás escribió…

  • Margarita; un poema de amor

    Capítulo V   De tristes poetas enamorados      —Así, a través de las conversaciones con el abuelo, logré encariñarme con esa casa, tal y cómo si la hubiese vivido, a pesar de que para cuando nací, la casa se encontraba abandonada y en ruinas.      Entrando en materia, de esa casa corrían una…

  • Los años felices

    Capítulo V   De tristes poetas enamorados      —Los días de descanso, llegaban tanto los hermanos de mi tata, don Leobardo, como las hermanas de su esposa, doña Leonor, todos con sus hijos. Vieras la cantidad de primas y de primos que se juntaban, eso sin contar a los tíos y a las tías.…

  • Las dobles bodas

    Capítulo V   De tristes poetas enamorados      En realidad, la casa era muy grande. Fijate china, tenía doce habitaciones. Las que daban al occidente, tenían sus ventanales desde donde se podía contemplar la playa. También tenían unas puertas al estilo francés. Abrían a las terrazas, donde se mantenían mesas y sillas de mimbre,…

  • Jugando con las anémonas

    Capítulo V   De tristes poetas enamorados El establecimiento de mi bisabuela estaba ubicado en la zona de Costa Azul, famosa por los diferentes lugares para comer y su gran oferta de platillos con comida del mar. —La Isla del Cardón, donde se encontraba nuestra casa, estaba a poco más de veinte minutos en lancha…

  • Una casa en el mar

    Capítulo V   De tristes poetas enamorados Los papás del abuelo tenían una casa muy bonita para los fines de semana. —Nosotros habíamos vivido en Chinandega hasta mudarnos a León. Comparando a Chinandega con la ciudad, Chinandega resultaba ser un pequeño pueblito. Además, Chinandega era muy calmado y demasiado tranquilo. Naturalmente, la casa de la…

  • Una casa a la orilla del mar

    Capítulo V   De tristes poetas enamorados Cuando se trasladaron a vivir ahí, su curiosidad natural, lo condujo a recorrer cada uno de los municipios de León. Lo más importante de estas incursiones, consistió en llegar a conocer a mucha de esa gente que vivía en ellos. Con esa sed insaciable de interrelacionarse con sus…

  • Amor a primera vista

    Capítulo V   De tristes poetas enamorados Para mi abuelo Jairo, este cambio fue un caso de amor a primera vista. En varias ocasiones, él me comentó cómo desde niño le gustaba mucho ir a León. Esa ciudad ejercía una fascinante atracción sobre de él. Le encantaba recorrer las calles de la antigua capital nicaragüense,…

  • Unos digestivos para el alma

    Capítulo V   De tristes poetas enamorados Fue precisamente el abuelo, quién me habló acerca de porqué se mudaron a León. Esto sucedió una tarde, caminando por las playas de Poneloya, cuando disfrutábamos de la brisa y el calor del día venía bajando. —Conforme el suegro de mi tata comenzó a envejecer (ese fue tu…

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