Capítulo V   De tristes poetas enamorados

     —Así, a través de las conversaciones con el abuelo, logré encariñarme con esa casa, tal y cómo si la hubiese vivido, a pesar de que para cuando nací, la casa se encontraba abandonada y en ruinas.

     Entrando en materia, de esa casa corrían una serie de rumores. Entre ellos, se hablaba de cómo Rubén Darío (el conocido poeta nicaragüense), llegó a frecuentar la casa a principios de siglo. Se decían muchas cosas, según el abuelo: (la mayoría no eran más que puras mentiras y las demás… probablemente también). Y entre ellas, se rumoró mucho que fue ahí donde el poeta se inspiró para componer su famoso poema Margarita. Entre las habladurías se mencionaba frecuentemente, que Rubén Darío se lo había dedicado a la cuñada del dictador Anastasio Somoza. Esto sucedió por la sencilla razón de encontrarse perdidamente enamorado de ella. Este fue un tema favorito de discusión, especialmente del abuelo, muchos años antes de mi llegada al mundo.

     Los pescadores, al llevar a los turistas a visitar las ruinas de la casa, les cobran el paseo en lancha. Les incluían todo tipo de cuentos inventados, acerca de cómo el pobre poeta vivía desilusionado de los amores de Margarita. Según les decían, por ese motivo, se refugiaba en la isla para escribir.

     Como suele suceder con los chismes de los famosos, cada quien cuenta su versión favorita y a su manera. El abuelo no podía quedar atrás. La peculiar interpretación del abuelo, tal vez pecaba de veracidad, pero no podía dejar de ser entretenida, original y muy a su estilo. De niña y en más de una ocasión, escuché al abuelo exponer su punto de vista. Me gustaban mucho sus ademanes y sobre todo los gestos y las muecas, con los cuales adornaba sus relatos. .

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