En tierras de tinticos del libro Buscando tesoros
Marsella, Risaralda, Colombia
«Es una excelente observación, sí me podría quedar a vivir acá y, además, muy contento. No sé si en Marsella, lo cual me parece muy posible, pero de seguro en este país de tanta sonrisa y de tan buen corazón. ¡Vea! (voy aprendiendo), me ha gustado mucho cada lugar donde he estado de visita y no sé si pudiera tan solo vivir aquí en Marsella, pero sin duda, me gustaría quedarme a vivir en estas tierras colombianas», ante su respuesta, ambos rieron, uno de gusto al escuchar la respuesta del extranjero y el otro, de asombro, al escucharse a sí mismo.
«¿Le gusta el tema de la música?» preguntó el vigilante.
«No lo conozco ¿cómo se llama?», preguntó Jean Marie.
«Es un muy buen tema, a mí me gusta mucho, sobre todo la letra. Se llama “Decisiones” y es de Rubén Blades, un salsero panameño».
«Pues decisiones las tomaré cuando se acerque la fecha de mi regreso. Veré si mi destino es quedarse en Marsella o partir en busca de aventuras,» contestó riendo Jean Marie, mientras tanto, voy a un lado con Don Danilo. Todo el día he estado con muchas ganas de un buen tintico».
«Hágale, adelante, bien pueda. De seguro va a encontrar ese tintico, tal y como le provoca. Ahí sirven un café muy bueno, ya verá. Que disfrute mucho y buenas tardes», contestó despidiéndose amablemente el vigilante de la Casa de Cultura.
«Buenas tardes, y hasta luego», con lo cual se dio media vuelta y se dirigió a la casa de enseguida.
«Adelante, siga, pase adelante, bien pueda. Si gusta adentro, o lo atendemos en la terraza. El día está demasiado bonito para estar encerrado adentro.» le comentó una mujer joven y muy bonita, al entrar al café de Don Danilo.
«Buenas tardes, está lindo este lugar, no me lo imaginé así desde la calle», comentó mientras se sentaba, asimilando el panorama ofrecido desde la terraza.