En tierras de tinticos del libro Buscando tesoros
Carretera Puebla – Cuatla, Puebla, México
A Jon Jairo se le habían humedecido los ojos al final de la segunda copla. Con la voz levemente entrecortada indagó: «¿Usted sabe lo que es un bambuco, vecinito, usted que viene de tierras tan lejanas y de otros hablaos?».
«No Jon Jairo, jamás he escuchado esa palabra antes. ¿Es algo de comida?».
«Oiga parce, usted sí que es un barril sin fondo, como decía mi madrecita, en paz descanse, usted es un chancho de mala raza, por más que coma ¡no engorda, pues!», comentó riendo a carcajada suelta. «Un bambuco es un baile colombiano. Es un baile popular y lo puede observar en los pueblos. Viera como las mujeres se visten con unas amplias faldas de colores y los gallos les dan de vueltas a sus parejitas buscando encontrarle su lado flaco, ¿me entiende?».
Al ver la cara de Jean Marie, Jon Jairo comprendió que no le había entendido nada. «Vea parcerito, esas son las coplas o los versos de un bambuco que se llama Caminos de Caldas. Son de un autor de nombre, Luis Carlos González. Fue un gran poeta de Pereira, acá muy cerquitica, donde usted tomó la busetica. Los versos fueron escritos a principios del siglo pasado. Lo importante de todo esto, es que usted me preguntaba de la colonización antioqueña, Vea, ese señor en pocas palabras lo ha dicho más elegantemente de lo que yo le pueda decir en toda una tarde…»
.«Pero regresando al tema donde nos desviamos y casi nos perdimos, pues. Ahora en día, Villamaría es casi como un barrio más de la ciudad de Manizales. Ésta última, es la hermosa capital de ese tan nombrado departamento de Caldas, el mismo del cual le hablaba. Pero en esos tiempos era muy diferente y todavía no existían las ciudades grandes, más bien todas ellas, eran como pequeños poblados, veredas o caseríos».