En tierras de tinticos del libro Buscando tesoros
«Sí, vea usted, señor», dijo la cocinera orgullosamente, señalando al mismo tiempo un plato hondo, rebosante de un líquido color claro, «la mazamorra se prepara con leche y con maíz triturao. Es muy refrescante y sabe de más de buena», contestó Doña Julia. La cocinera, la mesera y Doña Julia lo veían detenidamente, esperando anhelantes su reacción.
«Creo que me equivoqué al pedir dos bandejas, no me las podré acabar jamás. Si yo ingenuamente pensaba que me podría comer un caballo, pero ahora veo que ni un caballo podría comerse esas dos bandejas», exclamó Jean Marie, «¡es imposible!».
«Cómo así, mijo, ésta es solo la primera de las bandejitas, pues. La segunda, se la traemos cuando haya terminado de degustar la primera de ellas. No ve mi señor que si la dejamos enfriar, la bandejita no le va a saber tan buena», dijo riendo la cocinera.
«¡Bandejita!», exclamó «¿Cómo puede ser, usted dice que ésta es una sola bandeja paisa?», preguntó con una voz débil, «ce n’est pas posible; excusez moi, no sé porque comencé a hablar en francés. Esto no es posible…».