La hora del almuerzo


En tierras de tinticos del libro Buscando tesoros

Calle antioqueña Yarumal, Antioquia, Colombia
Calle antioqueña
Yarumal, Antioquia, Colombia

     En la cocina, Doña Juli dudaba si debiera servirle sólo la mitad. Lo que pasa es que no puedo creer que sea capaz de terminársela. Los pocos extranjeros que han llegado a estas tierras, siempre dejan más de la mitad, pensó con una sonrisa sardónica. Si de pronto el llegara a comerse dos bandejas paisas, lo cual me parece de más de imposible, yo tendré mucho gusto en invitarle ambas…

     Desde el balcón Jean Marie observaba nuevamente el pueblo. Abajo en la plaza, había algunos señores en diferentes grupos. Ellos estaban distribuidos por la plaza y se encontraban tranquilamente sentados, repartidos en las mesas de las pequeñas fondas alrededor de la plaza. Es bonito el día para seguir con algunos dibujos, pero por ahora, solo quiero comerme esas bandejas paisas. Con esta hambre, me como hasta los caballos que vi en el camino, se dijo a sí mismo. Mientras en la cocina Doña Juli había decidido.

     «Le serviremos la bandeja completa, pues tal vez, en otro lugar vea cómo sirven una bandeja y bien hecha. En ese momento, capaz y se acuerde de este día. Entonces dirá que en Marsella las servimos muy pequeñas», estos fueron los comentarios con la cocinera, quien estaba gozando la novedosa situación de un extranjero capaz de comerse dos bandejas paisas. La propuesta de Jean Marie de comerse las dos bandejas había despertado mucho interés en la cocina. Cuando al fin estuvo lista su bandeja, la cocinera misma procedió a llevarla a la mesa, acompañada de la niña mesera y de Doña Juli, por supuesto.


 

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