En tierras de tinticos del libro Buscando tesoros
Bueno, me parece momento de buscar el almuerzo. Puedo regresar a La Fonda Paisa. La señora Juli es muy simpática y el desayuno fue delicioso, pensó Jean Marie, después de escuchar rugiendo a su estómago. Salió decidido de la Casa de la Cultura y escuchó nuevamente los rugidos de protesta de su panza. ¡Oh! Creo que tengo más hambre de lo que me imaginé, pensó sonriendo para sí, mientras comenzó a atravesar la plaza hacia la fonda.
Subió las gradas para llegar al restaurante, ubicado en el segundo piso. Lo recibió Doña Juli con una sonrisa y unos aromas deliciosos que flotaban en el aire.
«Muy buenas tardes, Sumercé. Espero que venga con mucho apetito, pues hoy tenemos un almuerzo demás de bueno», le dijo saludándole y con una cálida sonrisa.
«Muy buenos días, Doña Juli. Disculpe mi español, a veces no entiendo bien, ¿cómo me dijo al principio?».
Riendo, ella contestó: «Lo saludé como Sumercé, es como decir: Buenos tardes, Señor. Se utiliza como una forma de mucho respeto. La verdad, acá nos encontramos en tierras de herencia y de cultura paisa y no se utiliza esa expresión. Pero yo viví algunos años en Cundinamarca, donde se encuentra la capital, y ocasionalmente sí utilizo la expresión.