En tierras de tinticos del libro Buscando tesoros
Parque Central de Taxco, Guerrero, México
En la esquina, se encontraba la enorme casona donde se albergaba la Casa de Cultura. Consistía en un edificio muy grande y con un total de cuatro pisos, su fachada exterior se encontraba pintada en blanco y azul brillante, por lo mismo, fácilmente se podía observar desde lejos y Jean Marie la encontró con mucha facilidad.
El visitante entró a la casa. En la recepción lo recibió el vigilante, quien le dio la bienvenida, preguntándole de donde los visitaba. Jean Marie no pudo dejar de hacer la broma de decirle que venía de Marsella, pero en Francia. El vigilante lo tomó de buena manera y conversaron un rato acerca de su ciudad natal. Jean Marie le explicó que, a pesar de llamarse igual, las similitudes entre ambas ciudades eran realmente casi inexistentes.
El vigilante se llamaba Tomás. Muy amablemente lo condujo por la casa, esmerándose en explicarle con todos los detalles, una por una, las exhibiciones albergadas en ese lugar. En la conversación, Jean Marie logró apreciar el valor y el papel tan importante de la cultura entre los habitantes de Marsella y quedo hondamente impresionado. Después de un par de horas se despidieron. A pesar de haber comenzado el día temprano, ya comenzaba a ser un poco tarde para el almuerzo.