No hay mal que por bien no venga


En tierras de tinticos del libro Buscando tesoros

Monumento a la Revolución, Ciudad de México, México
El monumento
Monumento a la Revolución, Ciudad de México, México

     «¿Cómo así? Esto es hermoso, usted es un gran artista Jean Marie, lo felicito, ambos estudios me parecen extraordinariamente interesantes. Vea, a pesar del tiempo que paso todos los días en este lugar, ahoritica mismo, usted me ha llevado a descubrir algunas cositas penosamente desapercibidas por mí», comentó al redescubrir ese pequeño espacio y con su voz cargada de la emoción que lo llenaba.

     «Gracias», contestó sencillamente Jean Marie, «son solamente unos pequeños dibujos». La sonrisa en sus ojos se aumentaba a través de los lentes redondos que usaba.

     «Me gusta mucho el hotel», agregó, «la fachada y los interiores son muy hermosos», mientras le mostraba el primero de los dibujos.

     «Muchas gracias. Le comento, este edificio es relativamente moderno, pues se reconstruyó en 1999. Ese año, un temblor muy fuerte destruyó gran parte de la cercana ciudad de Armenia y también nos afectó en Marsella. Por los daños que sostuvo este inmueble, se vio la necesidad de reparar el edificio. Decidimos aprovechar la ocasión para reconstruirlo por dentro, restaurando la fachada original y respetando la distribución y los conceptos originales de la arquitectura original de la casona antigua».

     «Dicen que no hay mal que por bien no venga. Pero oiga, cuando lo reconstruimos, su nuevo diseño y la distribución interior contempló su funcionamiento como hotel. Así combinamos ambas propuestas: su distribución original como casa antigua, pero orientada a funcionar como hotel, ¿cómo le parece? Fíjese pues, este edificio tiene su historia, inclusive hace muchos años, fue por un tiempo, La Alcaldía de Marsella», agregó con cierto orgullo en su voz.


 

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