En tierras de tinticos del libro Buscando tesoros
Centro histórico, Ciudad de Tlaxcala, México
Me parece que le faltan algunos pequeños detalles. Pueden ser pequeños, pero no por eso dejan de ser importantes. He encontrado a través de mis dibujos que los pequeños detalles de los dibujos y de la vida en general, son los de mayor importancia. Sacó sus colores y añadió algunos trazos y colores. Muy pronto ese papel comenzó a cobrar una impresionante vida propia, con aquellos rasgos adicionales tan certeros del ilustrador.
Cuando se inspiraba Jean Marie, en realidad, dibujaba a una velocidad impresionante. En poco tiempo se encontraba de regreso en la recepción, calmadamente sentado en uno de los bancos de la barra de la cafetería. Ahora producía un tercer esbozo, éste, bajo una nueva perspectiva, destacando y haciendo énfasis en los alegres cuadros sobre las paredes.
Víctor Hugo entró de la calle y lo observó en silencio. Acercándose silenciosamente, se quedó inmóvil y con la vista fija en el nuevo dibujo de la cafetera, ya muy avanzado en ese momento. La representación en esa sencilla hoja de papel, se encontraba en ese punto de cobrar su propia vida y despertar al mundo. En la hoja a su izquierda se encontraba el primer esquema y Víctor Hugo los comparó, sonriendo con admiración ante la belleza de ambas vistas.
Lo que es la visión del artista, esa sensibilidad para captar las diferentes perspectivas de un mismo escenario, cada uno tan perfectamente individual y con su propia personalidad, pensó Víctor Hugo, profundamente emocionado al percibir su cafetería vista desde la fértil imaginación del artista.
«¿Cómo así? Esto es hermoso, usted es un gran artista Jean Marie, lo felicito, ambos estudios me parecen extraordinariamente interesantes. Vea, a pesar del tiempo que paso todos los días en este lugar, ahoritica mismo, usted me ha llevado a descubrir algunas cositas penosamente desapercibidas por mí», comentó al redescubrir ese pequeño espacio y con su voz cargada de la emoción que lo llenaba.