La nieta de fin de semana del libro Buscando tesoros
Un buen día, Dora decidió empacar sus cosas en una maletica. Había llegado el momento de llevar a cabo un sueño, éste fue albergado en su corazón por muchos años. Cuando terminó de empacar sus cosas, se percató de la ambivalente pobreza y riqueza de su existencia.
Todas sus pertenencias materiales, se podían perfectamente acomodar dentro de una pequeña mochila negra, lista para colgarse de sus espaldas y con un peso de un total de ocho kilogramos, más unos cuantos gramos adicionales. Al igual que su tío, tantos años atrás, reflexionó filosóficamente sobre su condición material por unos momentos: me basta y hasta sobra, pensó sonriente, acordándose de las sabias palabras de su tío Oscar. Su valor en la vida constatado, siguió adelante con su plan…