La nieta de fin de semana del libro Buscando tesoros
Centro Histórico. Arequipa, Perú
Vestía un traje plateado que igualmente jugaba con la luz de los reflectores. Al hombro llevaba una capa del largo de su cuerpo en color azul rey, tapizada de brillantinas que resplandecían como chispas de luces. El silencio se tornó en absoluto y envolvente. La mirada de Oscar, junto con la de todo el público, se encontraba cautiva; transfigurados seguían los pausados movimientos de Odín, quien se fue removiendo la capa y la dejó caer despreocupadamente, desde las impresionantes alturas de la punta del cañón, donde se encontraba tranquilamente parado.
Alzó ambas manos en un saludo a toda la concurrencia y un estrepitoso clamor salió de la boca de cada uno de los presentes durante esa velada inolvidable. Al bajar las manos, se reincorporó nuevamente el impactante silencio total.
Sin duda alguna, Odín retaba a la muerte, apostando su vida frente a todos en esa noche tan dramática. Lentamente procedió a introducirse en la boca del barril del cañón, hasta finalmente desaparecer en su interior. En la quietud del momento, un tambor comenzó a marcar los segundos. De manera inesperada se convirtió en un redoble que aumentaba de intensidad y de volumen resonando dentro de ese silencio absoluto..