La nieta de fin de semana del libro Buscando tesoros
Centro Histórico, Ayacucho, Perú
«De Colombia, ¿cómo así?», preguntó Oscar, sintiéndose contento e intrigado a la vez, al saber que había más colombianos en el circo.
«Sí cabezón, son originalmente de la ciudad de Cali. La hermana mayor va a ser tu cliente principal. Ella se encarga de todos los programas relacionados con los cuacos. Además, ¡es nuestra mejor jinete! Vieras cómo la adoran los caballos. Ella sabe hablar con ellos… sé que te parecerá exagerado esto que te acabo de mencionar, pero, al rato, me darás toda la razón… Junto con Oswaldo y entre los dos, se encargan de la planeación y del montaje de todo el espectáculo equino y del adiestramiento de nuestros caballitos. Esa es la parte medular de la noche», comentó Jerónimo, mientras pagaba la cuenta.
«Chabelita, la esposa de Oswaldo, las descubrió una mañana cuando estábamos apenas por abrir en Bogotá, allá por tus lares», continuó Gabriel, «ese fue el descubrimiento del siglo para nuestro circo. Mira mano, esas chavitas traen sangre cirquera circulando por sus venas».
Oswaldo interpuso animado. «Esa mañana, yo estaba con Gabriel y con Jerónimo, revisando todos los detalles pendientes, para el estreno, en esa misma noche. En eso, nos llega la Chabelita sin aliento y me dice: acompáñame Oswa, ¡pero ya Gordito! Ahora sí, ¡no te la vas a acabar! Ésta, te la tienes que ver, para creer, mi amor».