La nieta de fin de semana del libro Buscando tesoros
Ciudad de Arequipa, Arequipa, Perú
Dos días después, se encontraban en la ciudad de Arequipa, donde sus hermanos estaban ocupados, instalando el circo recién llegado de Cuzco, gracias a las maravillas de la comunicación ferroviaria. Dos días después, Oscar había encontrado su destino y su lugar en el mundo. En tan solo dos días, Oscar había encontrado la razón de tantos kilómetros de viajar.
Gabriel no exageró cuando describió el circo. La parte ecuestre de la familia constaba de cuarenta y tres caballos. Cada uno, representaba un majestuoso y digno ejemplar de su especie. También, como todo circo, no podían faltar los payasos, los trapecistas, el hombre fuerte y las mujeres barbonas; pero el meollo del circo, el corazón del espectáculo era una fantástica exhibición con los caballos, extraordinariamente bien lograda y con una producción y montaje en escena, por lo demás espectacular.
Si con Gabriel, Oscar se sintió cómodo y en confianza, con sus hermanos Oswaldo y Jerónimo, igualmente se sintió desde el primer momento en familia. Por supuesto, Oscar no cabía en sí de la emoción. Lo menos esperado, soñado y jamás concebido por su vívida imaginación: ¡trabajar con un circo y viajero a todo esto!