La nieta de fin de semana del libro Buscando tesoros
San Miguel de Allende, Guanajuato ; México
Horas después la faena había terminado. Aurora se encontraba feliz, habiendo colaborado con su parte correspondiente de las labores del parto. Oscar también asistió con lo suyo y como resultado, al lado de su mamá, en ese momento, se encontraba acostado un hermoso potrillo negro, luciendo manchas blancas en los tobillos y la frente. Pasada la medianoche y también la crisis nerviosa, mientras brindaban para festejar, Don Enrique le pidió a Oscar quedarse en la finca con ellos, ofreciéndole trabajo con los cafetales y el ganado.
Durante seis meses, Oscar ayudó en los trabajos de la finca. Aprendió mucho acerca del cultivo del cacao. Durante esos meses ahorró sus ingresos y juntó una platica. Lo más importante para Oscar fue autoafirmarse, descubriendo que efectivamente poseía en sí mismo, las habilidades y preparación necesarias para ganarse la vida, y que esto lo podía lograr trabajando en las cuestiones del campo, mismas que siempre le habían gustado.
No en vano había tomado las riendas de la finca de Barichara desde muy joven. Su padre, al ver cómo él atendía la finca, se desligó de esa responsabilidad y se dedicó a sus labores sociales, dejando la administración y el manejo de los negocios en manos de su hijo mayor. Felizmente, ahora le llegó el momento de capitalizar todo ese esfuerzo y trabajo.