La nieta de fin de semana del libro Buscando tesoros
En seguida pidió calentaran agua, algunos materiales necesarios para atender a la yegua y extrajo un estuche con instrumental de su bolso de mano. Procedió a esterilizar sus instrumentos y se lavó las manos cuidadosamente. A don Enrique le pidió que se acercara y reconfortara a Aurora.
«Usted está más nervioso que ella, mejor le pedimos a Aurora que lo tranquilice a Usted, Don Enrique», le comentó, riendo de buen humor. «Tranquilo que los dos son primerizos, pero todo va bien. El potrico viene un poquitico atravesao, pero tampoco es tanto.
Felizmente con un poco de ayuda de Aurora pronto habremos terminado con éxito». Oscar se le quedó viendo a Don Enrique, quién no cabía de felicidad y pensó: Niños y animales, trátelos iguales.