Los sabores de una nueva variedad de café


La nieta de fin de semana del libro Buscando tesoros


Paseos desde Armenia Pijao, Risaralda, Colombia
Paseos desde Armenia
Pijao, Risaralda, Colombia

Sintiéndose ligero de preocupaciones y libre de responsabilidades, se alegró de haber alcanzado a llegar hasta Armenia. Entró a un comedor, irremediablemente atrapado por los ricos aromas que éste despedía al paso. Mientras le sirvieron su comida, extrajo de su bolso de mano, uno de los libros seleccionados para acompañarlo en su viaje. Se trataba de un gran favorito: Las aventuras de Marco Polo y tenía muchas ganas de volverlo a leer. De alguna manera, sentía una cierta afinidad con el personaje principal…

     Había escuchado hablar del eje cafetero, esa región de las tierras colombianas, ampliamente reconocido por su alta producción de café. Originario de Barichara y habiendo crecido en una finca productora de café, Oscar sentía un gran interés por conocer cuando menos alguno de los pueblos de menor tamaño que estuvieran cercanos a la capital. A pesar de que la ciudad de Armenia le había gustado de inmediato, no podía seguir su camino sin antes conocer cuando menos uno de los pueblos del Departamento de Risaralda, que junto con los Departamentos de Caldas y el Quindío eran tenía fama por su producción de excelente café.

     Así, con toda calma, terminó su lectura acerca de los viajes del tal aventurero Marco Polo, mientras devoraba ávidamente la bandeja repleta de deliciosa comida que le había servido a la mesa. Al acercarse para pagar la cuenta, se encontró con un señor muy amable. Posiblemente porque los comensales eran, todos ellos, clientes conocidos y asiduos, reconoció en Oscar a una persona de otro región y le preguntó de dónde venía. La conversación se dio de manera natural y el dueño le invitó una taza de tintico, asegurándole que le iba a gustar mucho:

     «Vea, mi querido vecinito santanderiano, que esté tinto está hecho con café de Pijao y le aseguro que es de lo mejor que se produce en estas tierras».

     «¿Pijao?», preguntó intrigado Oscar. ¿Es un tipo de matica de café? Le confieso que jamás había escuchado de esa variedad. Cuando menos en Bucaramanga no la conocemos».

     «Ni la conocerán, mi querido Oscar. Se trata de un pequeño pueblo que se encuentra muy cerca de aquí. Ellos producen un café tan bueno, cómo ese que tiene enfriándose frente de usté. Este café de Pijao se disfruta no tan solo por aroma, que es de lo más de bueno, sino que tiene un saborcito muy especial que por azares de maricaditas que no conocemos, solo en esas maticas se da», comentó sonriendo Don Arturo, el dueño del lugar.

    «Que pena con usted. Que la curiosidad mató a este gato y con tal de conocer otra variedad más de café, me olvidé de este tintico que tan amablemente me ha regalado, su mercé.» ¡Cierto que está lo más de bueno! Y, ¿cómo es que llego al tal pueblo de Pijao…?».  Así fue como al día siguiente Oscar se levantó temprano y tomó la busetica, la misma de una manera sencilla, pero igualmente repleta de paisajes verdes de matas de café y guada, a uno de los pueblos más pintorescos de la región de Risaralda .


 

English version            Capítulos Buscando Tesoros           Comprar el libro


Deja un comentario

This site is protected by wp-copyrightpro.com