En la búsqueda de un poco de afecto


La nieta de fin de semana del libro Buscando tesoros


La plazuela Santiago de Querétaro, Querétaro, México
La plazuela
Santiago de Querétaro, Querétaro, México

     Los abuelos se casaron simplemente porque habían alcanzado la edad de hacerlo y también por la sencilla razón, de que todos estaban de acuerdo en que ellos hacían una buena pareja. En ese mundo de adultos donde ellos cómodamente se desenvolvían, ambos sopesaron las ventajas y desventajas de esa unión o del contrato de matrimonio. Sobra decir que ambos encontraron de lo más convincentes las ventajas del acuerdo.

     Al ser una cuestión esperada de su unión, tuvieron dos hijos, los suficientes para justificar su contribución a la perpetuación de la especie. Los dos niños, Oscar y Juan Gonzalo, crecieron con una nana, a la cual le correspondió asegurar tanto sus cuidado, como también su bienestar, haciendo las veces de la madre, la que en la práctica nunca tuvieron. A su vez, ella los colmó del afecto y el cariño destinado a los hijos que jamás llegó a tener en lo personal.

     A la llegada de la pequeña Dora, quien tan recientemente había quedado huérfana de madre, sus necesidades de amor y de afecto hubieran encontrado eco en la Nana Pilar, dada su generosa y amorosa actitud hacia los niños. Lamentable, ella también había fallecido, a sus noventa y tres añicos, los cuales alcanzó a cumplir, poco antes de pasar a mejor vida.


 

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