La nieta de fin de semana del libro Buscando tesoros
Cuando recién murió la mamá de Dora, la señorita Mercedes, Coordinadora de Disciplina del colegio, le otorgó a esa niña huérfana de escasos diez años, un permiso para salir temprano todos los viernes. Incluso, en el permiso le autorizaba a ni siquiera asistir ese día, a discreción de su padre. De esta manera ella podía salir desde el jueves, temprano por la tarde, y dirigirse para San Gil o Barichara, de acuerdo a con quien le tocaba convivir en ese fin de semana en particular. Más allá, la favoreció con permitirle en semanas ocasionales, faltar los lunes, regresando hasta el martes a clases.
Lo decidió genuinamente preocupada, tomando en cuenta las dificultades por las que atravesaba el desafortunado padre de Dora, tan recientemente enviudado y a tan temprana edad. Comprendía las dificultades que él enfrentaba al trabajar en el oficio policiaco tan demandante, además de encargarse de la niña y sobrellevar su pena.
Posteriormente, la señorita Mercedes en un acto sin precedentes, le mantuvo el permiso a la niña por tiempo indefinido. Con verdadera y profunda tristeza, había advertido cómo el señor Investigador de Casos Especiales, se envolvía en el trabajo como un tamal en su hoja, buscando alejarse del dolor. Preocupada, decidió mantener la puerta abierta, para que la pequeña Dora siguiera encontrando el apoyo de los abuelos.