Etiqueta: Tomo I En tierra de volcanes

  • Desquitando las limosnas

    Capítulo 4…Bautizando a las celebridades Dicen que el tamaño del hombre se mide por el alcance de su imaginación. Con esos enredos que se fabricaba, seguramente el abuelo ¡se remontaba a las alturas mismas del Cielo, a contarle a la misma Virgen del Trono, la historia de las celebraciones en su honor! Así, la conversación…

  • Preparando el bautizo del abuelo

    Capítulo 4…Bautizando a las celebridades —La pregunta que surge es de donde demonios sacaba el viejo tanta ceniza para lavar tanta plata. Obviamente no se puede ir a la venta de la esquina y pedir las cenizas por libra. Así que les cuento un secretito. Esas cenizas con las que limpiaba la plata, las había…

  • La historia según el abuelo Jairo

    Capítulo 4…Bautizando a las celebridades Las fiestas decembrinas incluyen misas, novenarios, ceremonias donde se viste a la virgen por las vírgenes del pueblo (de esto último se burlaba siempre el abuelo, cuestionando la virginidad de las participantes), procesiones y por supuesto, La Lavada de Plata, para culminar finalmente en La Gritería, una celebración popular en…

  • El lavado de la plata

    Capítulo 4…Bautizando a las celebridades Al abuelo lo bautizaron en el poblado de El Viejo, en la célebre y antigua pila bautismal (que data de 1560), de la vieja iglesia del pueblo. Su iglesia tiene una pila bautismal famosa, recubierta de plata y exquisitamente labrada a mano. Precisamente en esa pila fue bautizado. El bautismo…

  • Que te cojan a besos

    Capítulo 3… Las cotorras de Chinandega —Gracias bicha, todo eso y seguramente más —intercaló sonriente—, con eso te las ganás a todas y cabal te las guardás en la bolsa, pero te advierto: nada es gratis en esta triste vida y todo tiene su precio en este valle de lágrimas. —Ay abuelo, ¿y de qué…

  • Pa’ morirse… no hay prisa

    Capítulo 3… Las cotorras de Chinandega —Pero abuelo, si yo no recuerdo tías con esos nombres tan raros. ¿Ya murieron abuelo? —pregunté extrañada (con esos nombres… de seguro las hubiera reconocido). —De que murieron, eso lo podés tener por cierto. Solamente eso faltaría vos, imaginate las cotorras rondando las calles como si fueran las cotorras…

  • Y de los cachetes, además

    Capítulo 3… Las cotorras de Chinandega  —Pues sí y no; en mi caso, como no era héroe, ni tampoco era un cuento de hadas…Fijate nada más como resultaban las cosas. Había que plantearles un beso para pasar por enfrente de ellas, ¡y de cachete, además! Imaginate vos, la injusticia de la vida tan cruel. —Eso…

  • En la búsqueda de una golosina

    Capítulo 3… Las cotorras de Chinandega —Fijate vos, el argüende solo para llegar a la venta «La Esperanza», la de doña Lencha, a menos de ochenta varas de la casa, ahí donde se encontraban todas las golosinas y los dulces del mundo entero. Primero, pasaba por la carpintería que se encontraba cabal a la par…

  • Las bicicletas del pueblo

    Capítulo 3… Las cotorras de Chinandega —Pue sí, mi chinita, cuando yo tenía más o menos tu edad, crecí allá en Chinandega. Se podría decir vos, que conocía a todos los del pueblo, (o sí no los demás del pueblo, sí que sabían de mí) desde los arrugaditos por estar recién nacidos, hasta los que…

  • Un bendito nuevo día

    Capítulo 3… Las cotorras de Chinandega En ocasiones, el abuelo me contaba que tuvo una infancia feliz en Chinandega donde estudió casi toda la primaria. Entre semana, además de asistir por las mañanas a la escuela, en las tardes ayudaba a su padre en las labores de la finca. Durante los fines de semana (cuando…

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