Y decidió que su vida como tal, no le acomodaba
Sentados junto a la estufa de leña de la cocina durante las noches, y felizmente concluidas las tareas del día, su Amita, le narraba historias que describían como se interpretaba la vida tiempos anteriores y ahora lejanos, ocurridos mucho antes de que ella naciera.
Aquellos cuentos que le contaba por las noches, mismos que ahora, se encontraban casi olvidados, los narraba con voz suave, mientras su Apito escuchaba tomando tintico y fumando su cigarrillo, sentado en su silla preferida.
Una lágrima apareció en el rabillo del ojo del anciano viajero entrado en sus años, al evocar estas noches placenteras, también pertenecientes a tiempos anteriores de su vida.