Capítulo XIII. De los habanos y de cómo explotan

     Igualmente es un hecho que inventó la primera diadema manos libres. Lo que en realidad es desconocido, pero si significativo, es que esto fue totalmente por equivocación y al azar. Sencillamente sucedió por la necesidad de liberar sus manos durante los momentos críticos de las picadas, particularmente cuando se encontraba bajo fuego enemigo. Independientemente de lo mucho que se ha dicho al respecto, la verdad es que fue un invento circunstancial.

     Después de pruebas y errores, finalmente había tenido éxito, logrando amarrar un pequeño micrófono a sus audífonos. El mencionado micrófono, se operaba pisando un pedal sujeto al piso por tornillos que lo fijaban al chasis de la avioneta. El abuelo se encontraba probando su nuevo invento, y como un niño con su juguete nuevo, venía hablando con un amigo suyo. Coincidió el que su amigo trabajara como locutor de una estación de radio con un amplio público en Nicaragua y algunos de los países vecinos.

     Mientras conversaban, el abuelo alcanzó a detectar actividades enemigas en tierra por debajo de su vuelo. Reaccionando, se olvidó de la conversación, pero sin advertirlo, siguió pisando el pedal, manteniendo abierta la comunicación entre la radio y la avioneta.

     Su amigo, en ese momento tuvo la brillante idea de comenzar a transmitir en vivo. Mientras tanto, el abuelo ascendió hasta donde alcanzó la Reina Guerrera y se aventó en uno de sus tradicionales clavados de picada, con toda su alma. En su descenso, el abuelo les lanzó a los contras, uno de sus típicos discursos desmoralizantes. Sin saberlo, este fue transmitido simultáneamente por la estación de radio. Los radio-escuchas oyeron asombrados e incrédulos, el sonido de su avioneta en su franca picada, el motor gimiendo violentamente y claro, mientras tanto el abuelo lanzaba todo tipo de improperios e insultos al enemigo por debajo de él.

      Miles de personas detuvieron su aliento, angustiados, esperando el desenlace de esta situación jamás vista, o más bien escuchada. Fue con gran alegría que lo escucharon salir de la picada, evidenciado por el cambio de sonido en el timbre de los motores de la avioneta. Increíblemente, casi de inmediato se escucharon claramente las explosiones de la dinamita lanzadas por el abuelo, junto con sus amenos comentarios al respecto. Esto se escuchó no tan solo en toda Nicaragua, sino que además entre los escuchas de los vecinos países centroamericanos. De esta manera, por una cuestión meramente accidental… de la noche a la mañana, el abuelo se convirtió en una celebridad nacional e internacional.

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