La vida es disfrutar lo que se tiene a la mano
Por un largo rato, el padre de Felicia se rio de buena gana y al final contestó:
«Tiene toda la razón, como siempre, mi amor. No sé ni por qué me apuro. A los tiempos malos siempre les siguen… los tiempos buenos. No hay mal que dure cien años, ni nosotros tendríamos la paciencia para esperar tanto tiempo, ¿cierto? ¿Cómo le parece que mientras tanto, esta bolsita la voy a esconder como mi amuleto de la buena suerte, debajo de mi almohada?».
Se paró y la llenó con moneditas de un cuarto de centavo oro y sonriendo ampliamente, se la mostró a su esposa diciendo:
«Señora, mientras duerma con mi fortuna en cuartos de centavito bajo la almohada, que me preocupan las riquezas de millones de pesos, ¿cierto que sí?». Culminó abrazándola y diciendo en voz baja: «En realidad, mi verdadera fortuna no cabe debajo de la almohada, pero si en mis brazos. A sumercé le debo las gracias por preocuparse, animarme y sacarme de pensar en bobadas, cuando tenemos tanto que disfrutar entre nosotros».
En esa noche se acostaron muy felices. El padre de Felicia disipó sus negros pensamientos y para la feliz sorpresa y verdadera gran fortuna de ambos, nueve meses después… nació Felicia.
Los cuentos En Inglés Comprar Facebook
………..
© Todas las fotos por edudelcorral