El madrugador

Vista desde el Parque de la Vida Armenia, Quindío, Colombia

Y en cuantas ocasiones su abuela querida lo amonestó con uno de sus refranes favoritos: No por mucho madrugar, amanece más temprano, mijo…


Tierras de café Armenia, Quindío, Colombia
Tierras de café           Armenia, Quindío, Colombia

Al cabo de un rato de silencio, mientras ordeñaba a la meditativa Lencha, su Apito le preguntó a Magnífico:

«Y entonces, mijo. Estará pensando casarse con Camila más adelante cuando sean mayorcitos». Lencha volteó tranquilamente a observar a Magnífico.

Parque de la Vida Armenia, Quindío, Colombia
Parque de la Vida           Armenia, Quindío, Colombia

«Si Apá, vea Señor que, por eso mismo, le pregunté si quería casarse conmigo», contestó sin darse cuenta que en ese momento su Amita había entrado al establo.

«Cómo así, Señor. Usté le propuso matrimonio a la Camilita. ¿No le parece que todavía están medio niños para esas vuelticas?» le pregunto sonriendo su Amita, claramente gozándose a su hijo.

Arriero paisa Armenia, Quindío, Colombia
Arriero paisa           Armenia, Quindío, Colombia

«Pues sí y no, Señora, buenos días», contestó pensativo. «Vea su mercé, más vale ir amarrando navajas, ¿no le parece? Capaz de que me la madruga Danilo o algún otro avispado».

«Y qué le contestó, pues pregunto intrigado su Apito».

«Que sí, pero que le recuerde dentro de unos años cuando estemos viejitos como Ustedes Apá».

Dicho lo cual, sus Apitos se quedaron callados y pensativos por un buen ratico.

Vista desde el Parque de la Vida Armenia, Quindío, Colombia
Vista desde el Parque de la Vida           Armenia, Quindío, Colombia

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