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El comienzo de un día más
Amarillos Supía, Caldas, Colombia Todos los días había que estar al pendiente del gallinero, una más de las tareas de Magnífico. El niño, colaboraba con recoger los huevos temprano, después de la ordeña y antes de sacar a las vacas al potrero. Después llegaba el mejor momento, el desayuno en casa…
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Almuerzo bajo un volcán
Y cuando ya no pudieron soportarse más, ni que decir de su mutua historia, la cual, los amarraba con la fuerza de una cadena de acero: entonces, ella estalló violentamente desde el fondo de su alma … y con la fuerza de un volcán indomable. En un miércoles al medio día, llegaron Oscar y Gabriel a la…
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Jefe de sí mismo
Y lo primero que aprendió de este mundo fue el arte de obedecer «Por ahora, estoy contento conociendo el mundo», comentó Oscar. «He trabajado por poco más de treinta meses y en varias partes de Ecuador. En todo este tiempo he ido aprendiendo mucho. Siento que cada persona me ha dejado una lección y…
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¿Yo pa’ cuándo me voy a morir mamá?
¿Yo pa’ cuándo me voy a morir mamá? Ay mi hija, ¡cómo le parece que usted sí que va pa’ largo! Caminante Ruta 9, Jujuy, Argentina Los años pasan: como los marcadores de kilómetros de una carretera, se tornan en una sucesión, la cual ‒pasando frente a nosotros‒ eventualmente dejamos…
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¿Los malos se pueden volver buenos, mamá?
¿Los malos se pueden volver buenos, mamá? ¡Ay mija, más fácil hacemos sancocho sin caldo y sin yucas! La niña sintió las lágrimas brotar ‒resbalando suavemente, como acariciando su acalorada cara‒, mientras que en su mente una cascada torrencial de imágenes se sucedían unas a otras, en una secuencia fluida y vertiginosa, amenazando…
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¿Por qué es que se mueren los buenos, mamá?
¿Por qué es que se mueren los buenos, mamá? Porque se cansan de las maldades que les hacen los malos, mija Colgó pensativa el teléfono. Las tres habían pasado por muchos problemas juntas. En varias ocasiones habían visitado a la coordinadora de disciplina, a la odiosa señorita Mercedes Cardona, quien desgraciadamente las conocía más que…
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La más atesorada
En la recta Carretera a Juliaca, San Román, Perú pues siempre reconocía que aunque he encontrado bellezas indescriptibles en muchas ocasiones, ninguna reunía las características como para afirmar que era la mayor de ellas, la más atesorada —Doña Eudalia se había acercado a la barra, los que se encontraban rodeando…
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De los amaneceres
—Tal vez en menor cantidad, pero igualmente he contemplado los amaneceres, cuando el mundo es sólo una promesa… y todo es posible. Los cuentos En Inglés Comprar Facebook