Una casa en el mar


Capítulo V   De tristes poetas enamorados

A la orilla Playa de Ometepe Rivas, Nicaragua
A la orilla
Playa de Ometepe, Rivas, Nicaragua

Los papás del abuelo tenían una casa muy bonita para los fines de semana.

—Nosotros habíamos vivido en Chinandega hasta mudarnos a León. Comparando a Chinandega con la ciudad, Chinandega resultaba ser un pequeño pueblito. Además, Chinandega era muy calmado y demasiado tranquilo. Naturalmente, la casa de la playa, fue la oportunidad de salir de la bulla y tanto ajetreo de la ciudad de León. Del pueblo si vos querés, pero para nosotros, todavía nos parecía demasiada ciudad.
Situada sobre una de las hermosas playas de una isla, la casa quedaba muy cercana al puerto de Corinto en la costa Pacífica de Nicaragua.


—Frecuentábamos pasar los fines de semana y los festivos en la casa de la isla. Salíamos temprano desde León para llegar hasta Corinto (ese recorrido lo hacíamos en, cuando mucho, poco más de una hora). A veces desayunábamos en Chinandega y de paso, saludábamos a nuestros amigos y antiguos vecinos. Mi madre se quedaba en Corinto para atender su restaurante.


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