Una casa a la orilla del mar


Capítulo V   De tristes poetas enamorados

Llanero solitario Playas de Ometepe, Rivas, Nicaragua
Llanero solitario
Playas de Ometepe, Rivas, Nicaragua

Cuando se trasladaron a vivir ahí, su curiosidad natural, lo condujo a recorrer cada uno de los municipios de León. Lo más importante de estas incursiones, consistió en llegar a conocer a mucha de esa gente que vivía en ellos. Con esa sed insaciable de interrelacionarse con sus congéneres, fue cultivando amistades en los distintos barrios y paseándose por todo el departamento de León, como Pedro por su casa.
Los papás del abuelo tenían una casa muy bonita para los fines de semana.
—Nosotros habíamos vivido en Chinandega hasta mudarnos a León. Comparando a Chinandega con la ciudad, Chinandega resultaba ser un pequeño pueblito. Además, Chinandega era muy calmado y demasiado tranquilo. Naturalmente, la casa de la playa, fue la oportunidad de salir de la bulla y tanto ajetreo de la ciudad de León. Del pueblo si vos querés, pero para nosotros, todavía nos parecía demasiada ciudad.
Situada sobre una de las hermosas playas de una isla, la casa quedaba muy cercana al puerto de Corinto en la costa Pacífica de Nicaragua.


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