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Reflexiones de una vida que fue tan larga como cortica…
Fragmento de El libro que jamás vio la luz Y un día, como este día, y tal vez, al igual que cualquier otro, Dora preguntó: “Decime, abue, decime Inés, cuando tantas horas vos pasas al balcón, ¿qué es lo que ves?” “Ay, mija, mija linda… ¿cómo decirte lo que que se ve con…
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Comiendo helados en el café
La nieta de fin de semana del libro Buscando tesoros En San Gil, a un par de cuadras de la plaza de mercado, se encontraba el Río Fonce. Lo atravesaba un puente de acero pintado en color amarillo, donde la carretera a Piedecuesta y Bucaramanga, la capital del departamento, cruzaba el río y…
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Una casa a la orilla del mar
Capítulo V De tristes poetas enamorados Cuando se trasladaron a vivir ahí, su curiosidad natural, lo condujo a recorrer cada uno de los municipios de León. Lo más importante de estas incursiones, consistió en llegar a conocer a mucha de esa gente que vivía en ellos. Con esa sed insaciable de interrelacionarse con sus…
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Al regresar del mercado
La nieta de fin de semana del libro Buscando tesoros Era ésta, la que contenía el portón de acceso a la casa; resguardado como en la mayoría de las casas, por los amplios aleros sobresalientes, pintados del mismo color de las fachadas. Ellos ofrecían una generosa sombra por las mañanas y durante los…
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Amor a primera vista
Capítulo V De tristes poetas enamorados Para mi abuelo Jairo, este cambio fue un caso de amor a primera vista. En varias ocasiones, él me comentó cómo desde niño le gustaba mucho ir a León. Esa ciudad ejercía una fascinante atracción sobre de él. Le encantaba recorrer las calles de la antigua capital nicaragüense,…
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Una casa con fachada azul
La nieta de fin de semana del libro Buscando tesoros Caminando desde la plaza, se advertían las calles con sus antiguos edificios, y como éstas, ascendían gradualmente hasta llegar al comienzo de la calle de Inés. Ahí se iniciaba la subida a su casa, retadora y bruscamente inclinada, un desafío tanto al peatón,…
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Unos digestivos para el alma
Capítulo V De tristes poetas enamorados Fue precisamente el abuelo, quién me habló acerca de porqué se mudaron a León. Esto sucedió una tarde, caminando por las playas de Poneloya, cuando disfrutábamos de la brisa y el calor del día venía bajando. —Conforme el suegro de mi tata comenzó a envejecer (ese fue tu…
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Una calle empinada
La nieta de fin de semana del libro Buscando tesoros La casa de su abuela, se encontraba situada tan solo a un par de cuadras del parque central de San Gil. Pequeño, pero acogedor, el fresco parque con sus fondas y cafés de mesas sobre las amplias aceras, se constituía en un centro…