Qué difícil, dejar todo atrás con tal de comenzar una nueva vida…
Londres, UK.
«El mundo avanzaba por fuera de las paredes que delimitaban mi prisión, pero adentro… todo se mantenía tan inmóvil e inmutable como las verdades absolutas de Parménides que tantas discusiones han causado entre los hombres. Me encontraba cautivo dentro de un universo carente de la capacidad de conocer, mucho menos de comprender, el cambio que por fuera de él resplandecía brillando con su propia luz».
«Felizmente mi padre dejó, tras de sí, una interesante cantidad de libros infantiles escrupulosamente cuidados y en excelente estado. Seguramente los leyó durante su niñez. Ellos formaban una parte pequeña de nuestra biblioteca Para mí constituían un verdadero tesoro liberador. En sus páginas, solía encontrar un refugio ante la insoportable presencia de esa desabrida y avinagrada señora que de todo se quejaba. Al sumergirme en su lectura, dejaba atrás las incontables reglas de disciplina y del buen comportamiento, las cuales llenaban mi existencia ordinaria. Increíblemente, estas normas reguladoras de conducta eran tan numerosas como las tartas de manzana que la madame devoraba en el transcurso de una tarde de té…».
Londres, UK.
La joven señora escuchó estos últimos comentarios con un cierto aire de melancolía. A pesar del evidente sarcasmo humorístico con el que se exponían las situaciones transcurridas durante su niñez, ella no dejaba de percibir la soledad tan profunda que prevalecía en ese ambiente descrito por su anfitrión y su bondadoso corazón se conmovió.
«Qué pena que su infancia haya sido tan lamentablemente solitaria, Sir John. Precisamente la niñez, debe de constituir una etapa memorable de la vida que nos llenen de recuerdos nostálgicamente dulces, mismos que evocamos en los dolorosos momentos de tristeza y desconcierto cuando llegamos a ser adultos».
Londres, UK.
«Bueno, bueno. Tampoco quiero darle la impresión de que fui un niño mártir. Los niños tienen esa capacidad de encontrar un espacio propio donde refugiarse, aún en las circunstancias más difíciles y yo no fui la excepción. Pero si fueron, digamos, tiempos difíciles para un niño con la cabeza llena de sueños…».
Londres, UK
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