Hablando de los bisabuelos y de cómo se casaron


Capítulo 2… Las bodas de las hermanas García


Calles de centro ciudad de León, León, Nicaragua
Calles de centro
ciudad de León, León, Nicaragua

Él era el tercero de cinco hermanos varones. A la vez, su novia era la tercera de cinco hermanas mujeres. En aquellos tiempos se encontraba en reparación la iglesia principal de Chinandega, la hermosa parroquia de Nuestra Señora de Santa Ana. Había sufrido varios daños durante el gran terremoto de 1925. Por este motivo se casaron en la basílica de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, cerca de Chinandega, en la ciudad de El Viejo. Esa fue la boda (no faltan los cínicos que la tildaron de alianza) de los padres de mi abuelo Jairo: mis bisabuelos paternos.

Mi bisabuelo se llamaba Leobardo Salvador Díaz Álvarez, de familia originaria de Chinandega y mejor conocido como don Leobardo. Los hermanos Díaz eran dueños de grandes plantaciones de caña de azúcar y de maní, así como de dos pequeños ingenios en Chichigalpa, municipio cercano a Chinandega. La familia de mi bisabuela, doña Eduviges Leonora García y Hernández, provenía del puerto de Corinto, a media hora por carretera de la ciudad de Chinandega y donde se le conocía sencillamente como doña Leonor. La familia de las García, a pesar de ser originaria de Corinto, vivía en León donde su padre tenía grandes plantaciones de algodón que vendía a los Estados Unidos. Aquellos fueron los tiempos en que Nicaragua se mantenía como la capital algodonera de Centroamérica. Se decía que al barrer las calles, se recogían los dólares que tanto abundaban en esos buenos tiempos. Al unirse las familias a través de los matrimonios, se unieron las fortunas a la par.


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