Capítulo 1… Mis pobres mundos rotos

—¡Ése es tu pase de abordar mija! Escuchá bien y guardate para siempre el secreto. Mañana llegás a la clase como si nada. Dejás pasar una media hora y entonces, discretamente te ponés una mitad de cebolla en cada axila por unos diez minutos. Cuando comencés a sentir la fiebre, decíle a la maestra que te sientes muy mal. Acordate de poner cara de enferma, de preferencia de moribunda a punto de desmayarse. Yo estaré esperando que nos hablen de tu escuela para reportar que estás malita. Les diré que puedo pasar por vos a la escuela para llevarte con el médico y… ¡A volar patos! Mirá que conozco unos pescadores en Moyogalpa que hacen unos camarones de “a cachimba”.

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