Hay quienes dicen conocer caminos misteriosos, y otros que les creen
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Mientras que para Felipe, estas propuestas esotéricas de Angélica eran extremadamente difíciles de reconciliar. En su caso muy particular, su madre había cultivado un enfoque digamos un tanto místico de la vida. La señora fue muy dada a asistir a sesiones de espiritistas, así como participar en toda clase de prácticas que se enfocaran a las supuestas ciencias ocultas en Bogotá.
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Ella, al igual que sus compañeras, eran señoras que pertenecían a la alta esfera de la sociedad y se encontraban un poco aburridas y sin otras aficiones más productivas que perseguir.
A pesar de haber vivido varias charlatanerías y algunos fraudes descarados en eso de hablar con los muerticos, la no tan santa señora insistía en esas incursiones, Felipe al igual que su padre, toleraban de buen humor lo que habían llegado a considerar, el lado estrafalario de la madre de Felipe.
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Igualmente, la madre de Felipe contaba con el respaldo de la poderosa influencia de su esposo, magistrado prestigiado de la corte.
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