Un déjà vu en la vida

Los arcos Sucre, Chuquisaca, Bolivia

¿Será que algunos momentos se vuelven a vivir o simplemente se recuerdan?


Fachadas Sucre, Chuquisaca, Bolivia
Fachadas
Sucre, Chuquisaca, Bolivia

Tras revivir esa escena de su niñez, el pensamiento de Angélica regresó al momento del desayuno, se enfocó al presente y a la reunión de su familia. Su cara reflejaba una sonrisa, tal vez un tanto melancólica, podría suponerse que debida al recuerdo tan íntimo de su primer encuentro no tan solo con la magia innegable y magnética del violín, sino igual, con la hermosura de la música en general, esa misma disciplina que al paso de los años se tornaría en el eje central de sus despertares, en ese delicado motor que impulsaría los altos vuelos de su vida, finalmente en la más profunda respuesta de su alma ante sus sueños y aspiraciones de la vida.

Calles del centro Sucre, Chuquisaca, Bolivia
Calles del centro
Sucre, Chuquisaca, Bolivia

Volteando hacia los demás, rompió la pesadez de ese ambiente prevaleciente entre todos, a causa de los intensos aullidos del perro, diciendo:

«Esos ladridos son como viejos amigos. Podrían llamarlos parte de un déjà vu, pero no es así. Imagínense, nada más lo siguiente. Los escuché, por primera vez. hace ya tantos años y cuando no era más que una pequeña culicagada».

La voz de Angélica se sintió cansada. De pronto creó la sensación entre los demás de demasiado cargada de años y de cansancio.

La fuente Sucre, Chuquisaca, Bolivia
La fuente
Sucre, Chuquisaca, Bolivia

«Cómo así, Angélica. ¿De qué nos habla?

Esto lo preguntó Felipe, con una voz baja y suave, siendo el primero en recuperarse de la rara sensación de desasosiego que les había invadido a todos en el transcurso de ese desayuno.

Enseguida, Angélica con su voz melodiosa, les narró la historia de ese fin de semana en Villa de Leyva, lo acontecido cuando ella era apenas una pequeña de cinco años. Los presentes escucharon, atentos y callados, sus palabras. Entre todos ellos, el único que conocía la historia era Julián, su esposo, quien sonreía melancólicamente, imaginándose el paso de los años desde aquel día transcurrido hace tanto, en la lejana niñez de su querida esposa, el cual lo sentía como una gran carga sobre su espalda.

Los arcos Sucre, Chuquisaca, Bolivia
Los arcos
Sucre, Chuquisaca, Bolivia

 

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