—De cosas de los hombres he visto más que un amplio repertorio: en sus casas y en sus costumbres, en la manera de vestir o de no vestirse. De sus iglesias y de las cosas que creen que contienen.
Tomado de “El tesoro” del libro Buscando tesoros por edudelcorral
Villazón, Potosí, Bolivia
Pilar hizo una pausa, respiró lento y profundo, gradualmente relajando sus nervios y músculos uno a uno. Al final, ella se quedó inmóvil, con la vista fija en algún punto en la lejanía de su imaginación, su cara impávida sin el menor destello de emoción.
Villazón, Potosí, Bolivia
Inesperadamente, la pianista comenzó de nuevo su narración, pero ahora, se trataba indiscutiblemente de la voz de la abuela de Pilar.
Su voz alcanzó a constituir una copia, fiel y perfecta, en cuanto al timbre y modulación de la voz melodiosa de Angélica, e incluso las ligeras inflexiones evocaban ligeros ecos y las reminiscencias de otros lugares y de otras épocas, las cuales, recordaban ese mismo acento tan característico del altiplano boyacense.
Villazón, Potosí, Bolivia
Y en esa ligera y sutil entonación, se manifestaba el testimonio discreto de los lejanos días de la infancia de su abuela materna, el que fue adquirido en el transcurso de su infancia feliz, allá en la población de Chiquinquirá, la capital del culto religioso colombiano. Es ahí, en esa pequeña urbe al norte de Bogotá, dónde la Basílica de la localidad alberga el culto y la devoción a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, considerada como la patrona y protectora de Colombia.
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