Y bastó solamente una sonrisa… para conquistar el mundo
Volteando su mirada se mirada, enfocó una sonrisa de lo más cálida al Apito.
«Igual en el claro del pino, está tan cerquitica del camino. Cualquiera que pasa nos puede ver. Pero si la hacemos arriba y oculta por las ramas, queda de lo más escondida, ¿cierto que sí?».
«Si por algo y la quisieran quemar por la noche, podemos salir entre las ramas a uno de los árboles cerca de la quebrada. Siguiendo el arroyuelo y de noche llegamos hasta las cuevas sin que nos vean y ahí, estamos lo más de seguros, pues nadie las conoce más que nosotros mismos. ¿Qué le parece, Apito?».
Con esa sonrisa derritió el corazón del Apito. Al ver a la niña, se acordó de la Amita tan llena de vida y de ilusiones cuando ella fue niña. Igual, él y su amada Amita crecieron juntos y eran uno desde que recordaba. Técnicamente se podría decir que ese round lo ganó Camila por nocaut.
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