Los habitantes de las ciénegas

Por la tarde Ciénega Juan Criollo, Magdalena, Colombia

Entre decisiones… algunas bien tomadas y otras no tanto, esa fue la historia de su vida


El vuelo Ciénega Juan Criollo, Magdalena, Colombia
El vuelo           Ciénega Juan Criollo, Magdalena, Colombia

En sus sueños revivió esa noche cuando su Amita le habló de los pájaros negros y de los destinos.

«Vea mijo, todos en la vida llegamos a momentos en que tenemos que tomar una decisión, algunas importantes, otras no tanto. Estos pájaros negros viven adentrados en las Ciénegas y son de los más maluquillo, pues pasan esperando a que una persona se encuentre en apuros y esté por tomar una decisión importante para él y que afectará a más de las personas en su vida. Entonces les mandan ideas confusas haciéndoles pensar que la decisión equivocada es la buena, para que se equivoquen».

«Cómo así, Amita. ¿Y por qué hacen eso?» preguntó preocupado, pues a su mente vinieron algunas decisiones como las ocasiones cuando decidió quedarse más tiempo en la cama y no levantarse a hacer sus deberes, o aquellas tardes que se fue a pasear con Camilita después de la escuela, argumentando que el maestro Rafita los había detenido con quehaceres en la escuela…

Levantando el vuelo Ciénega Juan Criollo, Magdalena, Colombia
Levantando el vuelo           Ciénega Juan Criollo, Magdalena, Colombia

«Porque son parte del lado oscuro de la vida, mijo. La parte de la vida y de nosotros que tiende hacia lo negativo, pues».

«Eso es injusto, imagínese Sumercé que entonces tome yo una mala decisión y por culpa de esos pájaros tan metidos».

«Podría ser, vea, ellos levantan el vuelo para impulsar esos pensamientos confusos. Cuando alguien desgraciadamente se equivoca, la decisión queda atrapada en una concha de caracol. Ellas las atrapan en sus picos amarillos y escupen las conchitas. Éstas se encuentran por montones en las orillas pantanosas de las Ciénegas».

Por la tarde Ciénega Juan Criollo, Magdalena, Colombia
El árbol de las decisiones equivocadas             Ciénega Juan Criollo, Magdalena, Colombia

«Las aves negras viven de los errores de los mortales. Por las noches, se regresan en bandada a su árbol favorito donde asechan las equivocaciones ajenas. Pero igual, todo está en equilibro, mijo. Usté no se asuste, pues».

Por la tarde Ciénega Juan Criollo, Magdalena, Colombia
Por la tarde           Ciénega Juan Criollo, Magdalena, Colombia

«En las mismas Ciénegas, se encuentran las aves de la iluminación. Son muy bonitas y elegantes, con el cuello y las paticas alargadas. Cuando es una situación de mucha trascendencia, y cambiarían radicalmente el orden natural de las cosas, entonces, ellas mandan su energía. Llenan de paz la mente de la persona. Así, bien pueda y muy juiciosa, tomar la disposición más apropiada para el bien de ella misma y de todos los afectados».

El viejo viajero, jamás olvidó esa historia y ahora muchos años después, su cara su iluminó con una sonrisa nostálgica, al evocar aquellos momentos de antaño, saboreando en sus recuerdos. cada instante de una vida pasada.


 

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