Y aún en el lecho de su muerte, ella se encontraba incuestionablemente segura que efectivamente el mundo giraba en torno a su belleza
Sobra decir que el tema de los circos, desde muy niño le había llamado seriamente la atención. Un fascinante mundo, poblado de seres exóticos y de animales traídos desde tierras lejanas, capaces de actuar y entretener a su público. Un mundo dinámico, pues sus puertas continuamente abrían mostrando diferentes paisajes de ciudades y pueblos, al seguir éste su recorrido por el mundo.
El cafecito informal Paris, Francia
Cuando encontraba algún libro, en el cual se tratara el tema de los circos, sobre todo si este venía ilustrado, Magnífico lo leía, lo releía y lo volvía a comenzar desde la primera página. En su imaginación, formaba parte de ese bizarro mundo, pues escalaba los árboles más altos del mundo y la gente le aplaudía entusiasmada.
Por lo tanto, tenía una idea clara de los palcos para invitados y gente importante, y en la mente del niño, sus Apitos cabían en ambas categorías, pues llegarían invitados y sin pagar, siendo la gente más importante de su vida.
