Y así descubrió el alcance se su propia convicción
La mañana en cuestión, hace tantas ya… Magnífico decidió hacer un supremo esfuerzo, levantarse muy temprano y llegar al cobertizo antes de su padre.
De esta forma demostraría inequívocamente su capacidad para incorporarse como un adulto a las labores y responsabilidades de la finca. Había llegado el momento y se encontraba totalmente decidido a no postergar más la ocasión. Con qué felicidad armó el plan para lograrlo. Sus ojos no tan solo brillaban, irradiaban su incontenible alegría. Sorprendería a su Apito y le mostraría que él, orgullosamente había tomado su lugar en el mundo entre los adultos o los mayores.
Así, antes de quedarse dormido, se repitió incansable la misma frase: Mañana me levantaré muy temprano… mañana me levantaré muy temprano. Sin saber lo que era un mantra, ni el poder espiritual contenido en ella, la formuló de manera sencilla.