Fue sorprendente que cuando nació, hablaba a través de sus ojos
Pudiera ser que esta pasión por los caballos se la heredó a Carito o que ella, la traía como un don natural desde nacimiento.
Mientras en la escuela le enseñaban las reglas gramaticales para hablar correctamente con sus congéneres, ella en la finca fue aprendiendo a hablar con los caballos. Estos fueron los conocimientos para abrirse camino en la vida más adelante.
Definitivamente, el don de Carito era una cuestión sorprendente. Antes de cumplir los ocho años, sostenía una comunicación plena con los caballos de la finca. No se quedó en ese punto, en cuanto a su interacción con ellos, aprendió cómo manejarse dentro de sus esquemas sociales tan complejos, integrándose como parte de la manada.