Los tragos y los juegos de azar


Para él, cada paso en la vida se trataba de una nueva apuesta. Apostar poco para perder poco, resultaba tanto como vivir poco, para no morir al día siguiente

Arte callejero ciudad de Puebla, Puebla, México
Arte callejero           ciudad de Puebla, Puebla, México

A los tres años se volvió a embarazar, sin aún poder adaptarse al clima caliente de la ciudad. De igual manera, apenas comía y esa mujer vivía básicamente de puros líquidos.

Mural en las calles ciudad de Puebla, Puebla, México
Mural en las calles           ciudad de Puebla, Puebla, México

Por esa razón, las dos hermanas son muy esbeltas y muestran una impresionante capacidad para ingerir todo tipo de líquidos, sobre todo del tipo de ron y de aguardiente, los que toman como si fuera agua.

 

Calle de los sapos ciudad de Pueble, Puebla, México
Calle de los sapos           ciudad de Puebla, Puebla, México

Al papá de las hermanas Marroqui, le apasionaban las apuestas y los juegos de la suerte. Todas las semanas sin falta, participaba en las loterías del Baloto y El Chance. En ocasiones ganaba y en la mayoría perdía

El vendedor de suertes Marsella, Risaralda, Colombia
El vendedor de suertes           Marsella, Risaralda, Colombia

 

Como apostaba poco, también igualmente ganaba o perdía poco. A pesar de no vivir ya en Manizales, nunca le perdió la fe a la Lotería de Manizales e invariablemente la jugaba.


 

 

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