Para él, cada paso en la vida se trataba de una nueva apuesta. Apostar poco para perder poco, resultaba tanto como vivir poco, para no morir al día siguiente
A los tres años se volvió a embarazar, sin aún poder adaptarse al clima caliente de la ciudad. De igual manera, apenas comía y esa mujer vivía básicamente de puros líquidos.
Por esa razón, las dos hermanas son muy esbeltas y muestran una impresionante capacidad para ingerir todo tipo de líquidos, sobre todo del tipo de ron y de aguardiente, los que toman como si fuera agua.
Al papá de las hermanas Marroqui, le apasionaban las apuestas y los juegos de la suerte. Todas las semanas sin falta, participaba en las loterías del Baloto y El Chance. En ocasiones ganaba y en la mayoría perdía
Como apostaba poco, también igualmente ganaba o perdía poco. A pesar de no vivir ya en Manizales, nunca le perdió la fe a la Lotería de Manizales e invariablemente la jugaba.
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