Cuando la mamá de las dos hermanas Marroqui, apenas se encontraba en el primer mes de embarazo, se mudaron al sur, aprovechando una oportunidad de trabajo para su papá.
La mamá llegó embarazada y no fue capaz de adaptarse a los intensos calores de la ciudad de Cali.
Durante todo el embarazo apenas comía, pues el calor la fatigaba y no le apetecía. La pobre mujer pasaba el día tomando líquidos para hidratarse y en vez de ganar peso, comenzó a enflacar.
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