Los pasajeros descendían hambrientos, apurando las sopas y los guisados calientes que repartían las ayudantes uniformadas en blanco aséptico de Doña Eudalia,
quien, desde su puesto, atrás de la caja registradora, se encontraba siempre atenta a cada detalle, cobrando las comidas y las entradas a los baños).
Los cuentos En Inglés Comprar Facebook