Pareciera que el extranjero cargaba con una sed a punto de insaciable, pues tomó la botella de aguardiente y se sirvió otro trago más. Simón le puse enfrente un nuevo plato con más gajos de naranja y una cerveza llena.
Mientras degustaba lentamente su trago, se escuchó una voz que provenía de una mesa cerca de la entrada.
El forastero siguió disfrutando su trago a sorbos, mientras todos los presentes voltearon a ver a la interlocutora.
Fragmento del cuento “El tesoro” del libro Buscando Tesoros.
Fotos:
“La bajada” Calles de Neira, Caldas, Colombia
“Bajada en Ciudad Bolivar” Ciudad Bolivar, Bogotá, Colombia
“Amanecer en la calle” San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México
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